Sábado
Logré desconectarme del temor que me atravesó los días desde que se me apareció ese patotero en mi oficina: apretada de este tipo de Banfield que se repitió en esta semana pasada. Ya había tenido una llamada telefónica intimidatoria hace un tiempo. En fin, lograron que saliera a la calle asustado, con más atención que de costumbre al cruzar las bocacalles con Dorotea; y que, algunas noches, me acechara el insomnio.
Pero ayer logré desconectarme. Fui temprano a Flores, a la vieja casa del ISEDET, en Camacuá; tuvimos la reunión de la coordinación nacional del SFT. Bombardeo de símbolos...
En la tarde me escapé un rato a lo de Caro a buscar "Otoño en Parque de las Naciones de Oberá" (que tiene premio de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos) pintado por mi amiga Gabi Roldán. Fue lindo el encuentro. Tomamos unos teres de limón (exquisitos) y miramos algún corto de Nativos, de Puerto Rico. Y me encantó Nina, con su carita más dulce de lo que imaginaba; jugamos, la acaricié, se me subió, me lamió la barba. Una nueva amiga que pasa sus días con Caro, a la que ví reluciente.
Y en la noche volví a Camacuá y Bonifacio, y de allí fuimos a tomar unas cervezas para tratar de mitigar el calor aplastante y húmedo de Buenos Aires.
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