Imágenes de jóvenes en Chile

La sensación que tuve es que me faltó tiempo: sólo 3 días en Santiago es poco. Pero lo suficiente para asombrarme con algunos fenómenos, imágenes, palabras… lo que nos llevó a plantear el trabajo final del curso de Maestría sobre estas cuestiones.

Los “pingüinos” (estudiantes secundarios, chicas y chicos de liceos de todo Chile) siguen en lucha contra la LOCE o ley de financiamiento educativo. Michelle Bachelet, personaje más mediático que político, en cierto sentido se ha quedado sin palabras.

Las señales de las tomas de los liceos (las escuelas secundarias) con los bancos colgados en las rejas del frente. Las patas de los bancos son como los caños de las armas que advierten a las autoridades.

El control de mochilas y la prohibición de pasamontañas pretende ser un alerta para frenar las piedras de los estudiantes. De hecho, hay algún parentesco entre los pibes de la “batalla de las mochilas” y los okupas anarquistas. La semana pasada detuvieron a okupas conectados con las manifestaciones.

Los okupas alientan hacer lo que sueñan, sin perder tiempo en confrontar con el sistema. Y su creación es más un movimiento cultural alternativo que una fuerza de presión. Algunos centros culturales y expresiones de nuevas estéticas son la muestra de un movimiento que emerge con fuerza.

Los muchachos del Centro de Investigación Escénica AKI despliegan su bandera en una esquina. Son okupas que desde noviembre de 2005 se han instalado en una casona de República 550. Los okupas están acusados de “usurpación violenta”. El asunto está en tribunales. Mientras, ellos siguen inscribiendo alumnos para los talleres de yoga, dramaturgia, iluminación teatral, mapuzungún, ajedrez o electricidad.

Así como el fenómeno de los ciberokupas y los “hacktivistas”, que luchan no sólo por el software libre, sino también contra la propiedad intelectual, enarbolando las ideas del manifiesto de CompartirEsBueno.

Otra comunidad que sigue creciendo es la de los “heterocuriosos”: jovencitos de entre 14 y 17 años que buscan su identidad sexual, y no tienen obstáculos en experimentar con compañeros del mismo sexo. Ahora se reúnen en algunas plazas como un grupo urbano que parece que está creciendo.