Otro RW
Roger Waters pasó dejando su magia, una intensidad escandalosa, una energía que todavía me corre por los brazos, las piernas y las entrañas. Pero hablo ahora de otro RW: Rodolfo Walsh, que ahora se ha hecho (al fin) reconocido. Periodista para mí superlativo, porque pudo unir la escritura periodística con el vértigo de la poesía, pero encarnada. Mañana voy a hacer referencia a Walsh cuando abra una jornada en Quilmes sobre Pedagogía de la Memoria y Proyecto Histórico; lo haré porque su testimonio no es para nada anecdótico, como suelen ser muchas narraciones del pasado, sino que está siempre en ese delgado límite entre la agonía y el heroísmo. Los textos de El Violento Oficio de Escribir, creo, son el norte para un periodismo que aporte a la pequeña memoria cotidiana.
Pero siempre me atrajo crear esa fantasía de RW en La Plata, jugando al ajedrez. Papá hablaba de él y de sus partidas en el Bar Rivadavia y en el Club de Ajedrez. Y esa fue para mí la materia para reconstruir a ese otro personaje que unió la estrategia con la pasión.
«Yo busco una muerta, un lugar en el mapa. Aún no es una búsqueda, es apenas una fantasía: la clase de fantasía perversa que algunos sospechan que podría ocurrírseme.
«Algún día (pienso en momentos de ira) iré a buscarla. Ella no significa nada para mí, y sin embargo iré tras el misterio de su muerte, detrás de sus restos que se pudren lentamente en algún remoto cementerio. Si la encuentro, frescas altas olas de cólera, miedo y frustrado amor se alzarán, poderosas vengativas olas, y por un momento ya no me sentiré solo, ya no me sentiré como una arrastrada, amarga, olvidada sombra.» ("Esa mujer", RW)
1 Comments:
la foto te la arrebaté a vos, Caro. gracias
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