Hoy llueve
Me fijo la última entrada: 2 de enero. El blog a veces me resulta una carga y desearía suspenderlo, pero preferí darle tiempo. Como el amor, ese "rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en el patio", las cosas tienen sus tiempos, y a veces sus saturaciones.
El 2005 fue un año demasiado difícil, a pesar de ser mi Año del Gallo. Del amor al dolor puede haber un paso, y a veces pueden confundirse. Tal vez la felicidad sea efímera, o mejor: en lo efímero acaso se esconda la felicidad como una suave brisa pasajera. Pero fui criado en los 60, cuando todavía existía el horizonte fantástico de la utopía, esa suerte de impuganción de lo pasajero. 2005 tuvo sus momentos, de esos de los que me mantengo vivo: manantiales de agua fresca que, sin embargo, fluyen en un instante y se escurren entre los dedos. Y un remate de esos que te derrumba y te enrostra la incomprensión, la imposibilidad de lo que se desea para el otro (que frecuentemente es decir: para mí mismo). También los golpes nos mantienen erguidos, en todo caso porque de esa manera sabemos que nos atraviesa la vida: de pie.
Trato de empezar con calma. El 2006 ya tiene muchas escenas, y de las buenas, aunque cada vez sepa más que la hermosura de la vida depende en gran medida de la mirada. O de dejarse acariciar, o golpear -si fuera preciso-, por las gotas de esta lluvia ruidosa.
1 Comments:
ahora, está saliendo el sol
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