2 de abril
Fecha absurda (2 de abril). Celebrar la perversa invasión a las Malvinas por parte de una dictadura moribunda. El espeluznante desaforado atroz siniestro grito del borracho: Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla!! Y luego, la larga matanza, una más; cientos de rostros, siempre jóvenes, embarrados ateridos amordazados ingenuos. La guerra en lugar de la vida por delante. Nos negamos, una y otra vez, a usar la bandera para esto. A pesar de las miradas de los eufóricos que creyeron que la patria eran esos milicos. Y fueron a la Plaza (la de Perón y de las Madres), y la vulneraron la menospreciaron la manosearon la birlaron.
2 Comments:
746 muertos y 1053 heridos en poco más de dos meses. Eso es la guerra. Un chico que no pudo crecer, un pibe que tuvo que crecer sin padre, una chica a la que se le murió el amor de su vida, unos padres huérfanos de descendencia, sobrevientes que se vieron obligados a matar (eso es lo grave, diría Borges, que a morir todos estamos obligados) y que jamás podrán borrar el horror de sus mentes. El recuerdo de la carta en un diario que se preguntaba: "Las Malvinas son argentinas... ¿Y Santiago del Estero de quién es?", y describía el abandono de los argentinos que por entonces se morían de hambre e indigencia en lugares centrales de nuestro país (se morían entonces y no cabe pensar que las cosas hayan cambiado tanto a esta parte, que el desamparo sigue vigente). Un niño que proponía (no recuerdo dónde) la salomónica solución de una isla para cada bando. Y otro que desconociendo la identidad de nombres decía que las Malvinas eran argentinas y las Falklands británicas. Como siempre, los niños son más lúcidos que los adultos.
Tantos sueños destrozados. Sobre todo eso. De quienes fueron, de quienes volvieron, de quienes se quedaron aquí y de quienes jamás han de volver. "Esto es la guerra", le digo a mi hija, parafraseando una vieja lectura de adolescente. Y le muestro una foto en el diario, la más cruda que encuentro, del rostro de un soldado, desencajado. "Este chico tenía miedo. Lo obligaron a matar a otros como él. Y tal vez no haya vuelto jamás."
¿Aprenderemos a vivir alguna vez los hombres?...
qué impresionante todo lo que decís, Germán. Te agradezco que pases y dejes (con esa forma) tu palabra.
un abrazo
j.
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